sábado, 30 de julio de 2011

Vuelta nº 184 - Ganas de creer.

Y vos, creías que todo llegaría a salir bien.
Que bailarían las mismas canciones, con los mismos vestidos y el mismo amor.
Creías que el destino se puede torcer y el mundo detenerse para ustedes.
Creías que las miradas bastaban y que las copas vacías en honor de un tiempo pasado que, como dicen, fue mejor, solucionarían mil y una noches sin domesticar.
Vos creías que todo llegaría a salir bien y que ella esperaría en la estación con su bolso y su rodete intactos, a que vos desataras del muelle barcos que zarparon sin aviso.
Barcos que se perdieron en un horizonte que no te los va a devolver.
Ella sabía.
Sabía que pronto dejarías de ser su príncipe desteñido y temeroso.
Sabía que no eras para ella, pero también sabía que de ella dependía que te curaras.
Y te curaste.
Te curaste al punto de llegar a creer que todo saldría bien.
Pero el destino no se puede torcer como ella torcía sus pies.

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